Tengo un montón de promesas rotas en la palma de la mano, dos cielos infinitos y un par de alas de repuesto en la gaveta.
Tengo dudas y preguntas, vicios y vórtices,
silencios ahogados en los ojos,
certezas enajenadas de besos,
costumbres envueltas en caricias.
Tengo frio de invierno en los labios,
tengo congeladas hasta las palabras,
tengo arañas en todo el cuerpo y están de luto,
tengo un potrero infestado de sueños,
tengo un papagayo repitiendo que todo estará bien,
tengo maldiciones amontonadas en serie sobre el librero,
tengo hambruna de sueños.
Es esa bipolaridad amnésica que me maniata el músculo psíquico,
que me hace estallar en medio de la difusión de la tristeza,
la euforia, el pánico, la motivación...
tengo héroes remojados en dolor.
Regresándole la razón a mis ojos y el juicio a mis dedos.
Escribo para encontrarme, para saber lo que busco, en lo marchito y torcido de mi eterna distancia. Escribo para descubrir lo que hay dentro, debajo de las heridas y raspones mentales, de mi alma noctámbula y tortuosa.
sábado, 13 de diciembre de 2008
Tengo...
lunes, 1 de diciembre de 2008
Mis recuerdos en venta
Hace tiempo que no es rabia,
contuve todas mis ansias fundiéndome en negro,
y hubiese deseado ahogarte conmigo,
desquebrajarte los huesos,
desviar el flujo de tu sangre y explotarte en el corazón.
Lo que tengo es tristeza,
Tristeza de verte encadenada y volátil,
Tristeza de encontrarte encerrada en mentiras y palabras huecas,
De ver el falso plafón donde proliferabas amor a manos llenas,
De ese amor tan necio y miope que nunca pasa de nada.
Conjugué las promesas a mi añoranza,
Até a una soga todas mis ganas y las colgué de un puente,
Quemé en un cenicero tus dedos y mis labios,
Hice un bulto de tu recuerdo y lo tiré al rio, imagen ficticia de ti, desconocida.
Te escribo desde el sitio donde nace mi venganza,
Donde dejaste deudas de noches juntos, de mañanas envueltos en la cama.
Donde se venden mis recuerdos en lotes interminables al mejor postor,
Ironía a brazos abiertos, profanando la cordura de mi lengua.
Lo feo es la piel protestando, y yo poniendo curitas en cada grieta,
Lo bueno es que dándote todo se que te di lo que no merecías.
Lo feo es el silencio y su eco y todas las preguntas sin respuesta,
Difícil será olvidar mi nombre justo antes de dormir.
contuve todas mis ansias fundiéndome en negro,
y hubiese deseado ahogarte conmigo,
desquebrajarte los huesos,
desviar el flujo de tu sangre y explotarte en el corazón.
Lo que tengo es tristeza,
Tristeza de verte encadenada y volátil,
Tristeza de encontrarte encerrada en mentiras y palabras huecas,
De ver el falso plafón donde proliferabas amor a manos llenas,
De ese amor tan necio y miope que nunca pasa de nada.
Conjugué las promesas a mi añoranza,
Até a una soga todas mis ganas y las colgué de un puente,
Quemé en un cenicero tus dedos y mis labios,
Hice un bulto de tu recuerdo y lo tiré al rio, imagen ficticia de ti, desconocida.
Te escribo desde el sitio donde nace mi venganza,
Donde dejaste deudas de noches juntos, de mañanas envueltos en la cama.
Donde se venden mis recuerdos en lotes interminables al mejor postor,
Ironía a brazos abiertos, profanando la cordura de mi lengua.
Lo feo es la piel protestando, y yo poniendo curitas en cada grieta,
Lo bueno es que dándote todo se que te di lo que no merecías.
Lo feo es el silencio y su eco y todas las preguntas sin respuesta,
Difícil será olvidar mi nombre justo antes de dormir.
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