sábado, 10 de noviembre de 2007

Perú

Uno decide, un día, empacar todo y echar a volar porque así lo crees correcto, porque tienes fe en la cosas... porque sabes que un día, tanto apostarte servirá de algo... recorrer kilómetros y lunas, de frente, con un sólo destino marcado... muchos kilómetros.

Un sueño me arrastró hasta Lima, Perú... y estoy varado aquí, solo.
Al llegar, mi sueño me regaló una bella patada en el culo...
Resultó que, finalmente no era mi sueño, mi sueño si me hubiera recibido.
Sigo sin explicarme cómo una persona puede amar a alguien y no estar para él cuando más se necesita... finalmente, sólo fueron palabras... en eso se resume todo.
Yo, Cazando sueños y lunas.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Al final...

Todos los aromas,
toda la noche y sus estrellas,
todos mis soles,mis silencios y lo que no escuchas,
los dedos gordos y tercos de escribirte,
todas mis ganas,
toda esta cacería eterna de buscarte en donde no estás,
todo lo que dices y callas,
todos mis demonios,
las nubes y toda el agua que no llovió,
mi gorra naranja y mi playera azul.

Todos mis besos y tus mil fisuras,
las bolitas de papel en el piso,
los pies fuera de mis sueños,
mis puertas y ventanas abiertas,
todas las mentiras y las mil verdades,
los perdones,
el descarado adios que me cerró la puerta,
todos mis boletos.

todo... todo está muerto de miedo.

lunes, 29 de octubre de 2007

Libertad Absoluta

Siempre cuestionaste mi vida y mis libertades amorosas, aquí tienes algunas verdades:
Hay formas de morirse de hambre...

Trato de luchar contra eso, con la idea de no hacerlo en forma correcta y tomando las cosas de la forma más fácil o a nuestro alcance, se pueden sufrir dos clases de bulimia, la alimenticia o la espiritual, en algunos casos caemos en ambas. En la segunda uno experimenta hambre de amor, de cariño, de comprensión, de acercamiento, de seguridad, de todas esas cosas, que te hacen sentirte identificado con los demás o parte de algo.

Cuando uno se siente encerrado entre esas carencias, medio muerto de hambre, entonces se devora el amor a grandes mordidas, se contiene hasta el aliento para no derramar ninguna gota, ningún pedazo, amarrándose las tripas para poder sentirse satisfecho, pero eso no importa, uno no para, uno no se detiene, hasta que se empacha en esa entrega enfermiza, de tragarse a alguien que te ofrece su ser de una sola mordida...

Después llegan los remordimientos, los dolores, los temores, los fantasmas, los miedos, la realidad y te das cuenta que esa forma de llenarte hasta el tope hace que te derrames en cualquier parte y te quedas vació, te quiebras entonces en el piso, para que alguien venga a parcharte las cuarteaduras, pero ya nada es igual, te derramas por esos abismo que te va dejando la experiencia, te derramas al tratar de llenar hasta el tope tus expectativas, por tener aunque sea un instante tus carencias cubiertas, pero el cuerpo como el espíritu tienen limites. Y cuando llegas a ellos terminas vació porque tu cuerpo no alcanza, hasta el día en que tus cicatrices son irrestaurables y solo queda la muerte como libertad.

Cuando la luna llega


(Se sienta en la mesa y escribe)

El mismo que se sentaba todas las noches a esperarte, y aún imaginarte sin tocarte.
Un cualquiera tratando de no serlo tanto,
Un borracho en busca de no dejarlo,
El mismo de siempre sin pretensiones de cambiar.

(Con este poema no tomarás el poder, dicen. Ni con miles de versos conseguirás la revolución… dicen)

Sí, mentí, y que el cielo perdone lo ateo de mi ser y mi amor por ti…
Hablo creyéndote mía,
Y tú cavabas el pozo donde me jacto de ser tu dueño,
Me hacías chiquito y el mundo me apretaba.

(Ni más, estos versos no servirán para que te perdone o vivas mejor)

Y yo prefiero ser miope a seguir enamorado de ti,
Deshebrar la decadencia de mis sueños,
Convocar la resurrección de mis demonios.
Me quedo yo,
Atando los versos a mi lengua súper sport.
Decidido otra vez a ser espuma,
Con el instinto estúpido de protegerte.

(Ni para enamorar a otra te servirán…)

Me quedó de saldo un reloj con pretensiones de volverse regalo,
La sorpresa de los ojos que jamás miré,
El recuerdo de un beso con veneno entre la comisura de tus labios,
La montaña de errores,
Los dedos agujerados por escribirte,
Mis pedacitos de ilusión,
Los nervios traicioneros,
Mis frases cursis,
Tu lágrima evaporada,
La cajita rota con memorias,
Mis noches solas y mi luna trastornada,
El pensamiento estúpido,
La chingada boca que al final gritó que no.

(Si por ellos fuera, la lluvia no mojara… no alcanzarás perdón o gracia, por ellos)

¿Me entenderás?
Siempre lo dudé,
… Aún hay un rumor de resaca en mis entrañas.
Nunca supiste atarme a tu cama.

jueves, 11 de octubre de 2007

No voy a Negar


Sí, no voy a negar que duele y a veces miento,
que a veces, entre dientes, suelo hablar de ti.
Que cada minuto tiene el dolor de un día,
que esto ya no me hace bien,
que esta maldita cordura no me sienta bien.

A veces tu nombre toma vida propia y se aleja de mi,
y yo corro, despavorido, a alcanzarlo en el intento de tragarme todas las putas ganas de olvidarte.
A veces se que no vendrás, y se que es inútil, pero ya no quiero esperar. Este corazón tiene miedo.

lunes, 1 de octubre de 2007

Saldos

¿Eres real o te he inventado? Metáfora de mi mismo.
Atrévete a negarme, jura tres veces sobre tu espalda cansada.
A mi que vivo de suspiros, más allá de tu inútil intento de inmutarte;
Yo que soy tu perdón y tu condena, sentencia entre tus piernas;
dispuestas a olvidarme.


El veneno lo llevo en la sangre y siempre estuve listo para inyectarlo,
repto para limar cicatrices y me obligo a olvidar en entrepaños.
Sin promesas, cliché de sueños ahogados en la almohada;
de tu arrogancia y mi noche, dueña de mis infidelidades.


Destajé de mi piel las historias,
las palabras se volvieron solubles.
La densidad del aire se convirtió en mi espejo,
rompí incluso con las cosas que debí decir y siempre callé.

Soy hijo de Luna con la lengua de trapo,
monopolizador de sueños desterrados,
insolente maestro de escotes en tu pulverización caótica instalada.


Comprendí de roces y sensatez inmediata,
me aferro a los libros que nunca leo y me siento seguro,
prefiero abrir los ojos grandotes, asombrándome con todo lo que pasa,
así que siempre me nombré autodidacta.


No, ya no te quiero como el demonio en mi cabeza,
Como la duda que derrama mi ansiedad:


Quimera de distancia azotando la piel –en 14-
Proposición indecorosa entre letras –en Junio-
Palabras huecas que dijeron que no –en Sábado siempre-


[Ojalá todo fuera tan sencillo como ser tú]

Saldos
Yo: Boletos de avión inutilizables y aún activos, y una maldita resaca existencial de cinco años.
Todos mis miedos, todos mis pudores, todos mis sueños: Vacios.
Tú: Una duda aferrada y la certeza de no saber jamás.

Ni tú el 14,
Ni yo Junio por la tarde.
No más un yo muerto de frío
No más un tú exigiendo.
Ojalá esto no doliera,
Ojalá las cosas fueran,
Ojalá existiera un mañana y un tú,
un nosotros.

sábado, 29 de septiembre de 2007

Devorador de Sueños, parte dos


Era raro verlo pasar por la calle, le gustaban los rincones fríos y pútridos, donde el agua había provocado una humedad indescriptible e insoportable para las fosas nasales. No tenía más compañía que su viejo morral, y un pequeño gato al que llamaba cariñosamente ‘bicho’. Bicho había perdido todo el pelaje en una de sus múltiples huidas habitacionales, justo cuando aquel humano había encendido un cigarro y la llama se propagó, hasta el punto en que les fue imposible la entrada y tuvieron que salir corriendo hasta el extremo contrario de la habitación.

No había demasiadas cosas alrededor de ellos, ni por quien preocuparse ó a quien cuidar. Tenía un tatuaje de fuego con la promesa impresa de no volver a su tierra, con la gente que lo quería y admiraba, en donde para ese entonces sólo se había vuelto un par de historias en la mente de los más viejos, y una pequeña ilusión de que volviera, en los corazones de la gente que más lo había querido.

Le decían Higo, como diminutivo cariñoso de Higor, a veces se olvidaba de su propio nombre y era acosado por esos recuerdos, justo después de haber conciliado el sueño le azotaba esa sensación de frío indescriptible que recorría su cuerpo, después llegaban las imágenes. Su tierra, los verdes pastizales y las montañas llenas de hojas secas que utilizaban para las fogatas en invierno, era riguroso el castigo de haberse marchado y cada noche lo pagaba con intereses muy altos.

Ese día anocheció más temprano que de costumbre, abrió los ojos, hecho un témpano de hielo que temblaba cuando el aire pasaba dibujando su piel. Del viejo morral sacó un trozo de pan viejo y duro, le dio un mordisco y disolvió poco a poco el pedazo de pan con su saliva, mientras tanto, bicho buscaba algún insecto para no tener el estómago vacío. Se puso de pie, sabiendo que esa noche no cazaría, no tenía ganas de hacerlo; por el contrario, caminó hacia la ventana que dibujaba la Luna a lo lejos y se dedicó a observarla, a sacar conclusiones y apagar pensamientos pendientes. Tardó más de 3 horas en reincorporarse tras haber escuchado a bicho maullando de frío, decidió acurrucarlo en sus piernas y acariciar un poco su áspera piel, procurando calentarle poco a poco hasta que se quedase dormido, le puso encima el viejo abrigo que llevaba puesto y caminó un poco por la habitación.

Su mente estaba volando demasiado bajo y debía planear el siguiente robo de sueños, antes de que el Sol mostrase sus inicios en el horizonte. Así lo hizo mientras miraba con detenimiento la casa de enfrente, la sombra que reposaba casi lasciva sobre la cama y que seguramente estaría soñando. Cómo añoraba ser él quien soñara, quien pudiera permanecer dormido durante la noche y no extrañara tanto las ilusiones de cualquier humano, como las extrañaba ahora.

Héroe

Se descubre, por muchas razones, que uno de los motivos por el que la mujer es un ser extraño a todas luces, es porque son las únicas sobre la faz de la tierra y probablemente sobre todo el universo que todavía creen en los cuentos de hadas.

Las mujeres son seres de fe, son capaces de transformar cualquier mundo, cualquier universo conocido o por conocer... pero sobre todo, el mundo de los hombres.
Las mujeres son capaces de todos los días al despertarse ver a su lado al hombre que aman y no al hombre que en realidad somos.
Las mujeres cuando ven una pared en realidad lo que están viendo son colores y texturas, los hombres cuando ven una pared ven ladrillo sobre ladrillo.
Las mujeres son capaces de mirar el universo a su favor para hacer que incluso el olvido sea una circunstancia difícil en el mundo de los desmemoriados.

Todo esto ocurre porque la fe es alimentada desde que ellas son niñas por elementos de corte extravagante:
Una vecina incómoda, una hermana mayor rebelde, una profesora hippie, una tía solterona o la mamá, (a esa la tienen que ver) y le dice “hija mía, tu no te preocupes... tu estás bendita, y tarde o temprano hasta el umbral de tu ventana llegará y se postrará de rodillas ante ti un príncipe azul”... ¿azul? Difícil imaginar un príncipe azul...

Los príncipes azules son, a saber por descripción estadística de las mujeres: Pelados entre 1.85 y 1.95 de estatura, de ojos azules o verdes, cabello castaño claro, claro castaño y si se lo pintan que sea de rubio natural (si se lo pintan como va a ser natural?).
Los príncipes azules son aquellas personas de una educación impecable, de unos modales intachables y de una cultura amplia.
Los príncipes azules también, por supuesto, deben ser espigados y delgados... si se pudiese usar pantalones de cintura 30 y de largo 38 (de pantalón).

Los príncipes azules también deben ser personas en extremo deportivas, dinámicas, pero por favor, no futbolistas... el príncipe azul desprecia el fútbol porque lo considera una manifestación bárbara de la estupidez humana y no concibe como 22 imbéciles pueden perseguir una pelotita y a parte alguien les puede pagar millones de dólares por tal hecho... el príncipe azul debe hacer cosas como esgrima... polo, deportes de verdad. (¿Esgrima?)
Y el príncipe azul, por último, es alguien que se puede llevar perfectamente bien con su suegra.

Como comprenderán, pues un hombre así de perfecto no existe. Si existiera se amaría a si mismo... ¿para que quiere a las mujeres?

Conclusiones:
1.- Los príncipes azules no existen.
2.- Si existieran, pues yo no soy uno de esos.

Sinceramente me acongojaba, porque en verdad es muy difícil estar enamorado de una mujer que cree en los cuentos de hadas:
Es muy difícil estar enamorado de una mujer que aspira y merece a un hombre perfecto.
Es muy difícil estar enamorado de una mujer que con una mirada cambia cualquier aspecto.
Es muy difícil estar enamorado de una luna lejana, de una estrella, cuando te sabes con los pies puestos sobre la tierra.
Es muy difícil todos los días levantar los ojos para verla y saber que te va a deslumbrar.
Es muy difícil mentirle con canciones incluso, que cuando yo veo ladrillos trato con todas mis fuerzas por ver sus colores... la fe que no tengo y que ella me regala es lo que me da fuerzas para presumirme loco a pesar de estar cuerdo, para saberme acompañado aún cuando estoy solo, y para sentirme profundamente enamorado y con ganas de vivir muchísimos, muchísimos años.

Solamente para que lo tengan claro, hoy más que nunca, debemos tener el pleno conocimiento y convencimiento de que los hombres somos una especie que desciende directamente del mono, las mujeres de las estrellas... y la mía, más.


Texto original de Abel Velázquez 'El Mago', imágen por http://www.arte-redes.com/nocturama

domingo, 23 de septiembre de 2007

Devorador de Sueños, Parte 1.


Lentamente, sin razón, el vaso se quedó vacío intentando acallar la sed de quien lo bebía. Se fugó por la tráquea intentando llevarse consigo algunas palabras, recapituló los versos antes dichos y, desde la boca del estómago, encontró salida entre las salpicaduras de un estornudo.

Quedó pasmado con regocijo al divisar en la cama algunos restos morbosos de noches anteriores, le encantaba bailotear sobre ellos y, a veces, chapotear un poco para refrescar la temperatura corporal, hasta encontrarse totalmente renovado.

Siempre prefería la entrada por el oído, que se abría justo después de susurrarle las palabras correctas, comúnmente, un par de versos rebuscados eran suficientes. La grandilocuencia siempre le fue difícil de aceptar en carne propia, por eso le encantaba mantenerse al margen, con el perfil bajo para no llamar la atención.

-La vida es simple- solía decir, cada que lograba que alguien más lo bebiera, a veces, solía zambullirse entre los sueños y pensamientos encontrados, se jactaba cuando lograba que alguien se cuestionara ó despertara con un poco de inquietud. Era verdaderamente un seductor, el mejor depredador de la comarca y un gran consejero en lo que a menesteres amorosos se refiere.

Sabía su oficio, engaña bobos por coincidencia, por simples azares del destino y otras cosas en las que nunca le gustaba pensar. Por convicción, siempre mantenía un aspecto pulcro, como si esperase que volviera quien algún día se marchó; su historia siempre fue borrascosa, supongo que por ello iba con tanta prisa por el mundo, como si los recuerdos le pisaran los talones en cada paso.

Las memorias lo asfixiaban, prefería vivir de sueños ajenos que robaba durante las noches mientras todos dormían, le parecía, hasta cierto punto, monótona la secuela de efemérides que rompía a su paso. El cazador está cansado de huir, cansado de su oficio y de los sueños que no le pertenecen, de construir castillos donde la tierra nunca ha sido sólida para vivir entre nubes.

martes, 4 de septiembre de 2007

Fecha de Caducidad


Y entonces tu falta me tiempo me dió las fuerzas para aceptar lo que pretendías que no aceptara, lo que sabías que me dolería. Ese día, ese día en que tu no estuviste... y los que restan en que no estarás, sabiendo que pudo haber sido.

Y es increíble que después de tanto tiempo y tantas cosas juntos, hayas olvidado también todas las veces que decidí perdonar.

Hemos recorrido ese camino tantas veces juntos, que no quiero volver a hacerlo.

(Aún tengo esperanzas de que los 10 restantes no mueran sin razón)
(Amor en términos finitos)

martes, 28 de agosto de 2007

Adios.

¿Adios?..a Dios no lo vas a ver nunca porque los bichos no van al cielo.

lunes, 20 de agosto de 2007

Quisiera


Arrojar el mundo por la ventana,
Inundar la Luna con agua salada,
Inyectar glucosa a mi Orta,
Erosionar la ausencia.

Detener tu mirada en mi cabeza,
Ahogar mis ideas,
Rasguñarme el alma,
Pincharme los ojos.

Esconderme detrás de tus orejas,
No de morir de miedo,
Acechar por la ventana de tu alma,
Beber todo el néctar de tus labios.

Llorar menos, reír más,
Escurrirme de tus manos,
Sellar las heridas del corazón.

Desaparecer, ausentar, encerrar, degollar, destripar:
Todos los demonios que llevo dentro.

(Yo, antepuesto al tú, sufriendo de hermetismo de plomo en las venas)
Y tú te ríes cuando me descubres… muerto de miedo.

Me dueles... dulce...
de un sólo lado (el derecho).

miércoles, 11 de julio de 2007

Menguando

Menguando, pretendiendo encontrar cambios aunados a un futuro de retóricas volátiles, definiendo los espasmos como alargados, para tejerte mis soledades.

Me declaro insufrible, como fiebre marina de 40 grados. Hoy que no encuentro el Sol de tu mañana, que entre hojas marchitas decido construir ataduras, buscando ser tu invierno.

Te descubro aislando mis momentos para obtener el último sorbo de locura que me resta, esto no ha de servir para enamorarte entre las comas de mis textos, o encontrar el fervor religioso de tus manos cuando me tocaban.

No conseguiré estrechar el eco para comprender que a veces la lluvia no moja, la capacidad de amar solo puede ser definida por el tiempo. Te tomo el pañuelo blanco que une entre costuras mi lengua con mis manos.

Podría desaparecer los pasos, renacer entre los cadáveres de las mortajas. Encapsularé tu aroma para inundar mis fosas nasales, permaneciendo siempre a los sonetos de murmullos y oscuridad.

Traspaso las postales de tu memoria para inmiscuirme en tu recuerdo, para dejar mi fotografía como evidencia de lo que siento. Por que evito ser reciclado como la basura, abrumado como zanja fiel a la locura.

La rutina domina tus pasos, subiendo la escalinata que va de tu cuello a tu cabeza, flotando como bruma adormecedora de cualquier frustración eclíptica.

Te fundes como hierro conjugando el espacio que robas, derritiendo cualquier manojo de ilusiones encontradas a tu paso. Sostendría los verbos de mi boca, hilándome hasta donde tu corazón lo permita.

No cantaré buscando que mis notas penetren tus oídos, buscaría arrancarte como hierba mala de mi corazón; buscaría pretexto en las razones obvias que interpreta tu andar.

Rindo tributo a tu ausencia entre ángeles degollados, buscando el beso amante que provoque la adversidad de una mirada robada. Encallo cada noche en tus brazos, sabiendo que las amarras pertenecen a otro puerto.

El tono de tu voz evocando enarmónicas locuras, empapado con la ira de tus ojos; marchitando los dedos para cuajarlos en tus falsas realidades. Te defino ecléctica, sólo enamorada del momento.

sábado, 2 de junio de 2007

Náuseas

Tus besos me saben a entripados directos de boca del estómago, ácido diluido por horcajadas de residuos básicos. Como sabría cualquier retrete antes de recibir la limpieza matutina.

Si he de confesar que me provocan asco tus palabras, si he de razonar que tus besos proyectan un sabor viscoso, purulento; casi nulo. Te encuentro como olor pútrido de lo friable, descomposición refrigerada de objetos comestibles.

Inmaculada, como morgue saturando al aire con partículas azufradas. Te encuentro entre mis ojos como infección solo redimible por penicilina, provocando el lagrimeo ocular con el vaivén diferencial del semen contenido.

Explotas como feria de pueblo, entre legrados avinagrados; procurando pulular entre porciones iguales los restos de semejanzas etéreas.

Te asemejas tanto a la composición pura de una enfermedad venérea, contaminando de tonos ensangrentados el cuerpo, como escupitajo mental de lo asiduo.

Te fermentas entre contorsiones, confirmando la teoría de generación espontánea. Te veo como objetivo vomitivo, impidiendo cualquier intento de amarte. Te defino como residuo de mucosa, mierda volátil en potencia, como ulcera madurada entre las entrañas.

Provocas la bulimia en mi cuerpo, buscando expulsarte como gangrena para ser exterminada, liberar los residuos nasales y oculares, rezagados por tu presencia.

domingo, 21 de enero de 2007

Silencio




Y tu silencio, siempre excesivo y constante, se volvió dañino a mi forma autóctona y crédula de amarte.