lunes, 29 de noviembre de 2010

Un hombre común

Fui un niño como todos, con el lodo en los zapatos y la carta a Santa Claus,
Con amigo imaginario, y en los sueños un dragón,
la esperanza de mis padres, el amor de los abuelos,
Y el deseo de que la noche me llevara a un día mejor.

Crecí, como creo que crecen todos,
Con Don Gato, Picapiedras, superhéroes y futbol,
Con domingos de mercado, y juguetes de Hong Kong,
Con mi hermano y sus historias, y mi hermana en biberón,
Y un par de horas por la tarde para corretear al sol.

Tan solo un niño común,
Que se asombraba cuando empezaba a llover,
Y se levantaba poco después de caer,
Con preguntas sin respuesta y respuestas que jamás pudo entender.

Fui un joven como todos,
Con una novia primera que de pronto se marchó,
Con top saider sin calceta, pelo largo y rocanrol,
Con mil sueños sin maleta, y una orientadora necia,
Que creyó que yo podría ser un día contador.

Crecí como creo que crecen todos,
Con un libro de Mafalda y el viejo Playa Girón,
Con mil dudas sobre el sexo y revistas de Playboy,
Sin recuerdos ni pasado de un primer beso en los labios,
Y el intento malogrado de un primer verso de amor.

Tan solo un joven común,
Que se asombraba cuando empezaba a llover,
Y se levantaba poco después de caer,
Con preguntas sin respuesta y respuestas que jamás pudo entender.

Soy un hombre como todos,
Con temores y derivas sobre cada cruel error,
Con canciones muy pequeñas por mitades de una voz,
Años luz del ingeniero, el doctor o el ciudadano,
Que mi padre en sus empeños hace tanto imaginó.

Y soy como creo que somos todos,
Un enfermo sin bandera, enamorado del amor,
Una soledad dispuesta ante los brazos del perdón,
Un moribundo desolado que en un rosal se desangró,
Un papalote que en las manos de una virgen otra vez se levantó.

Tan solo un hombre común,
Que aún se asombra cuando empieza a llover,
Y que a pesar de haber caído... Ha decidido levantarse,
y al final morir en pie.

*Abel Velázquez

jueves, 25 de noviembre de 2010

Fantasías agonizantes

Y comprendió una noche, después de haberse envenenado los labios con el último vaso de riesgos,
Aún incluso después de haber calculado la distancia al piso desde aquel acantilado,
Que las cosas no volverían nunca a su lugar original,
Que en la taquilla se habían agotado los boletos de regreso.

Si te pidiera quedarte, seríamos hechiceros de lo eterno, mancilladores de clichés anclados a la cama.
Marañas de besos,
Pequeñas partículas repletas de pecados con un pie en el confesionario, tocando la puerta de la locura para desatar el cielo,
Convertirme en sombra blanca, viajero sin equipaje, cazador de estrellas fugaces procurando tragarme al sol de un mordisco.

Todo sufriría un cambio atroz, montaña rusa de mis ojos en bajada y subida,
El corazón rogando una vez más, aún después de conocer el tan mencionado final,
Carroña embelesada en recuerdos, repleta de besos robados, de historias inconclusas.

Tal vez vendrás disfrazada de noche, con tus ojos de luna eterna a imagen y semejanza,
Despotricando mentiras desde la profundidad de tu garganta,
Yo te escucharé en un último grito de esperanza, morderé mi lengua a sabiendas del inevitable final,
De la loca huída, el camino agrietado por emprender y las noches sin luna por venir.

Futuro no estará de nuestro lado, la espera de cronos atormentado con pastillas blancas y psicotrópicos,
Cuerno anunciando el inicio de una guerra, cuando la balanza haya escogido su destino.
Tantos rasguños cubiertos por curitas en el corazón no lo llevarían a ningún lado...

Hágame el favor de ir a importunar la existencia de su progenitora.

sábado, 20 de noviembre de 2010

Anoche

Porque a veces la noche trae para mi algunas cosas extrañas, sueños y pesadillas; pero, sobre todo, lotes interminables de ilusión capaces de secar un océano entero, o mis ojos... como anoche.

Yo, eternamente enamorado de la luna, les regalo este nuevo pedacito de mi, de mi voz...



lunes, 15 de noviembre de 2010

De noche...


Resaca infame que me mantiene ahogado
Osando hundirme en la laguna del olvido
Dejame asirme a las faldas de la vida
Rescata mi alma de este fatal destino
Ignora todo lo que sobrio he fingido
Guarda tu odio que me intoxica, ivamos!
O de una vez matame, no juegues conmigo.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Ya no me inspiras nada

Ya no me inspiras nada, perdón que te lo diga,
Aunque lleves el cabello recogido,
Y te pongas tu mejor vestido,
Ya no me inspiras nada, ni alteras mis sentidos.

Ya no me inspiras nada, perdón que lo repita,

Se muy bien que no te lo mereces,
Lo he pensado, un millón de veces,
Y el corazón concluye,
Que la piedra con el agua, se destruye,
Ya no me inspiras nada.

Ya no me inspiras nada, y es preciso decirlo,

Ni tu voz ni tu espalda, ni el color de tu falda,
Ni tu si, en mi oído.

Ya no me inspiras nada, y no soy menos hombre,

Por bajar la mirada, si te veo acompañada,
No soy yo, no soy yo quien se esconde.

Ya no me inspiras nada,

Ya no me importas nada,
Ya no me inspiras nada.

Ya no me importa nada, si me sangras los sueños,

Si encarcelas mi empeño, o si edificas mi jaula,
Ya no me importa nada, el que cantes victoria,
El que escribas la historia, de este amor, que se acaba.

Ya no me inspiras nada,

Ya no me importas nada,
Ya no me inspiras nada, nada.

Abel Velázquez "El Mago"

jueves, 11 de noviembre de 2010

Nome Sconosciuto


*El silencio, devastador como el tiempo, implacable como respuesta antepuesta a una retórica de ilusión, incansable gigante que insiste en destrozar los deseos escudriñando incluso en los restos.

Hacer algo por este amor, comprar a cronos y me regale el tiempo a tu lado;
que pasado se retuerza, presente se ilusione y futuro se regocije.
Con cuestionables decisiones, me pregunté porque no escapé cuando tuve la oportunidad,
Porque decidí dar la vuelta y luchar, dejar fluir este amor tan lleno de metáforas.

Llegado el día de rendir cuentas, sabrás que la poesía se murió,
Que al negarme a mí, te negaste a ti misma,
Que olvido arderá en tu piel y mañana carecerá de sabor,
Siniestro olvido de unos labios en apuesta, de los dedos cansados de vivir un amor con metáforas.

Si el final se acerca, tu piel vestirá de tristeza,
Tus palabras chuecas obtendrán distintos matices, tu juego se volverá eterno.
Convencido de que vacío se convertirá en tristeza,
Distancia se resumirá en olvido… y la noche, en polvo de estrellas.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Si te digo que no


Yo sé que existen situaciones
Que nos hacen sentir que el sueño se acabó
Lo que pasa es que hay contradicciones
Entre el presente y lo que ya pasó

Creí en un mundo perfecto
Para siempre colgado de tu cuello
Pero aún guardo un secreto
Si te digo que quiero un último beso

Si te digo que no quiero por la luna de tu mano volar...
Si te digo que no quiero más en tu muelle anclar
Es cierto

Yo te he tatuado en mi corazón
Esperaba que me regalaras lo que nunca viví
Y esta pasión que me quito la razón
Me pierde en un mundo que no comprendí

Si te digo que no quiero por la luna de tu mano volar...
Si te digo que no quiero más en tu muelle anclar
Lo siento

Haríamos locuras para desatar el cielo
Mancillaríamos el pasado al volvernos eterno
Si te pidiera quedarte recortarías el miedo
Un roce bastaría para sacarme de este infierno

Si te digo que no quiero por la luna de tu mano volar...
Si te digo que no quiero más en tu muelle anclar
Te miento

Si te digo que no quiero por la luna de tu mano volar...
Si te digo que no quiero más en tu muelle anclar....
Si te digo que no.... si te digo que no...
Yo quiero
Si te digo que no... Si te digo que no...
Te miento
Si te digo que no... Si te digo... (Es Cierto... Lo siento... Te miento...)

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Ángel de mi muerte


Mi puta vida sentimental está hecha un infierno y el problema, porque vamos... ¡jajaja!,
sabes que no es novedad, la mayor parte de mi vida "adulta" la he llevado así; el problema es cuando alguien me lleva los sentimientos a flor de piel.

¡Odio que aparezcas, fantasma!, porque sé que cuando apareces es hora de confesarme
tan envidioso yo, lo sé... tan egocéntrico yo, también lo se.
Porque cuando llegas así,  como hoy, solo sé que es hora de confesarme,
como si hoy hubiera luna llena y tuviera que confesarme con ella.

Y sí, es correcto, siempre comienzo con tribulaciones ya antes especuladas
haciendo preámbulo a lo que está por venir, que siempre crees que es lo mismo,
y siempre resulta tan distinto porque, ¿sabes? tengo la maldita manía de siempre enredarme,
de hacer de las cosas simples las más complicadas,  porque soy un manojo de nervios lleno de ilusiones utópicas e idealismos.

Lo confieso, además de ser iluso como  pocos, porque aún creo en las personas y en el amor,
es como si el jodido mundo se regenerara y me tocara hacer un balance, retomar los viejos estandartes de guerra y volver a luchar.

Y no se trata de lo que dices, que no llega la adultez, aunque me lo hayas dejado por escrito, ¿sabes? realmente eres como mi ángel guardián, mi confesora... y tal vez la única amiga que en realidad poseo.

Así que bueno, la historia, o bomba ésta vez, trata de alguien de mi pasado cercano
(y mira que a veces me siento tan estúpido de contarte); alguien con quien viví cosas que no he vivido con nadie más y también he compartido cosas que no he compartido con nadie más
y,  como siempre, también tendrás que lidiar con mi maldita habitualidad de salirme por la tangente, de decírtelo sin decirte nada en realidad, con la plena mesura de saber que me confesaré para que mis demonios se callen, y finalmente terminarás dándome un consejo que, bueno, tu sabes lo que suelo hacer con los consejos.

Así que supongo que sólo busco justificación para lo que estoy a punto de hacer, y un oído que no me juzgue por ello y, sin embargo, aún así sabes que esperaré a que, como siempre, me des tu bendición y tu regaño; pero no necesitas hacer mucho porque sabes que yo mismo me abro las heridas de antaño para recordar.

Y tonto yo, como Hansel y Gretel, dejé migajitas por todos lados para hilarlo todo, poder atar cabos, fechas incluídas, con tan solo unas pequeñas huellitas que estoy casi seguro que ya rastreaste.

Su nombre no ha dejado de resonar en estos días, está impreso por todos lados, y cada línea huele a ella (y esto no lo dije yo, sino tú… escabulléndote en mi).
Le dije que ella no entendía absolutamente nada y que mejor regresara a donde estaba; ésto pasó cuando me salí a la terraza para intentar que mis demonios se diluyeran con la noche pero ella me había seguido y pasó. Ésa chispa disparó las malditas estrellas de la noche y justo ahí, fue el último beso, vaya casualidad, ¿no? y vaya equipo de protección escudarse en el alcohol. Pero había una pequeña cosa que ella no sabía, que a mi no se me olvida nada, nunca.

Esa noche no pude dormir y casi puedo asegurarte que ella tampoco; hay algo que me pica en los huesos, ¿me entiendes?, una chispita, de esos malditos presentimientos que tu también tienes, que sabes de antemano certeros como la chingada. Ambos pretendimos que nunca sucedió, pero como todo, se quedó grabado con fuego en ésta cabeza.

Su distancia y su silencio fueron las únicas reacciones que encontró para formular una defensa, cubierta obviamente con una armadura de semejante envergadura que le proporcionó todo el alcohol de esa noche; o bien, su medio fue el alcohol y la distancia su reacción. La negación es una de las armas más poderosas, pero también la más cobarde.

El problema aquí, es que yo ya estoy explotando, la presión de la express ya es demasiada
y o explota ella o exploto yo. Será inevitable que exista una explosión, en el punto que quieras de la línea cronológica, y más vale que sea yo quien dirija la detonación. Si no exploto yo, ahorita, ella podría terminar haciéndolo en un día indeseable, un día donde ya se hayan agotado todos los boletos de regreso, y eso sería un final en el comienzo.

Así que si, mi querido ángel, hoy he decidido que explotaré, recordando que hay cosas que no se le pueden dejar al tiempo, porque es implacable.

Así de simple, sencillito y devastador.