domingo, 20 de febrero de 2011

Pobre de ti


El mismo gran final,
La misma historia despertó,
El mismo dame tiempo, no es que seas tú quizás soy yo.

Después el drama abierto,
Sobre la sangre del adiós,
Diez días de silencio en duelo por un corazón.

El mismo sollozar
Mientras se ríe de mí el reloj
Que tuve entre las manos
Ella también se me escapó.

El fin del tercer acto y a celebrar el cuarto error,
De nuevo la paciencia,
Socorrer por mí el telón.

A dónde vas a ir corazón,
Con quien te vas a equivocar,
En donde habrás de ahogar la voz,
Con quien te toca morir,
Por quien te vas a suicidar.

Pobre de ti mi corazón,
Ella tampoco fue tu paz,
Como saberlo si el latido nunca ordenó dar marcha atrás.

Pobre de ti que no te queda otro remedio que aguantar,
Pobre de mí, la que me espera si no te llegas a levantar.

Pobre de ti mi corazón,
Pero como ibas a imaginar que había un tercero en la batalla,
Y peor aun que te iba a ganar.

Pobre de ti que ya agotaste la fuerza para recomenzar,
Vuelve de nuevo hasta los brazos de nuestra amiga la soledad.


*Abel Velázquez

jueves, 17 de febrero de 2011

Almas gemelas


La gente cree que un alma gemela es la persona con la que encajas perfectamente, que es lo que quiere todo el mundo.

Pero un alma gemela auténtica es un espejo, es la persona que te saca todo lo que tienes reprimido, que te hace volver la mirada hacia adentro para que puedas cambiar tu vida.
Una verdadera alma gemela es, seguramente, la persona más importante que vayas a conocer en tu vida, porque te tira abajo todos los muros y te despierta de un madrazo.
Pero ¿vivir con un alma gemela para siempre? Ni hablar. Uno se la pasa demasiado mal. Un alma gemela llega a tu vida para quitarte un velo de los ojos y se marcha. Gracias a Dios...

...Pero a ti no te da la gana soltarlo.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Deseo a distancia

Estaba hecha de mucha oscuridad, pero al mismo tiempo de mucha luz, como si se hubiera revolcado durante miles de años en la espuma del mar, en las estrellas, en la arena, en las sombras y de pronto se me hubiera aparecido así, casi perfecta, casi diosa, casi animal. Me acordé de su aliento a Marilyn Monroe. Mi cuerpo estaba impregnado de ese olor a rosas rojas y violetas en medio de la turbina de un DC-3 plateado en una noche de lluvia. Con la tristeza de saber que nunca podría tocarla, que el desierto del Sahara está más cerca de mis labios que sus besos.

¿A que te huelen lo sábados? Los míos huelen a brandy y rosas podridas, dejándome llevar por el olor a tabaco, por el perfume del cuello de mi adicción, por ese desasosiego que emanaba de sus palabras, el deseo vuelto risa impregnado de sal marina... la luz, rompe la noche mostrando todo, y yo envuelto en ganas, amando a distancia, esperando que no todo haya sido un sueño.