jueves, 8 de septiembre de 2011

Distancias y derivas


Si la distancia no fuera un muro,
si sentir a veces no doliera,
si la espera no fuera cotidiana,
si mañana se convirtiera en hoy.


Y dejarme sentir, tan pleno de impostación pero vacío de sentidos, convertido en emoción por la simple espera cotidiana, irredimible impostor de ilusiones, de las ganas acumuladas por la espera y sus deseos imprescindibles por convertirse en todo.

Explota cuando cae la noche con la luna envuelta en estrellas rojas, sangran las ganas por verla y supura ardor; extraño caso el de los pies descalzos deseando soñar, que hace mucho no entienden razones cuando hablo de distancia, ni las barreras que ello comprende.

Todo es una recopilación de hechos sumando negativas, antepuestos a la locura de ignorar las más básicas realidades, postrados en un universo que no comprende limitantes, soñando, con los pies descalzos, ansiosos por comenzar a volar.

¿y que si la luna nos mira mañana?
¿y que, si nos encontrara hoy?


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