sábado, 29 de septiembre de 2007

Héroe

Se descubre, por muchas razones, que uno de los motivos por el que la mujer es un ser extraño a todas luces, es porque son las únicas sobre la faz de la tierra y probablemente sobre todo el universo que todavía creen en los cuentos de hadas.

Las mujeres son seres de fe, son capaces de transformar cualquier mundo, cualquier universo conocido o por conocer... pero sobre todo, el mundo de los hombres.
Las mujeres son capaces de todos los días al despertarse ver a su lado al hombre que aman y no al hombre que en realidad somos.
Las mujeres cuando ven una pared en realidad lo que están viendo son colores y texturas, los hombres cuando ven una pared ven ladrillo sobre ladrillo.
Las mujeres son capaces de mirar el universo a su favor para hacer que incluso el olvido sea una circunstancia difícil en el mundo de los desmemoriados.

Todo esto ocurre porque la fe es alimentada desde que ellas son niñas por elementos de corte extravagante:
Una vecina incómoda, una hermana mayor rebelde, una profesora hippie, una tía solterona o la mamá, (a esa la tienen que ver) y le dice “hija mía, tu no te preocupes... tu estás bendita, y tarde o temprano hasta el umbral de tu ventana llegará y se postrará de rodillas ante ti un príncipe azul”... ¿azul? Difícil imaginar un príncipe azul...

Los príncipes azules son, a saber por descripción estadística de las mujeres: Pelados entre 1.85 y 1.95 de estatura, de ojos azules o verdes, cabello castaño claro, claro castaño y si se lo pintan que sea de rubio natural (si se lo pintan como va a ser natural?).
Los príncipes azules son aquellas personas de una educación impecable, de unos modales intachables y de una cultura amplia.
Los príncipes azules también, por supuesto, deben ser espigados y delgados... si se pudiese usar pantalones de cintura 30 y de largo 38 (de pantalón).

Los príncipes azules también deben ser personas en extremo deportivas, dinámicas, pero por favor, no futbolistas... el príncipe azul desprecia el fútbol porque lo considera una manifestación bárbara de la estupidez humana y no concibe como 22 imbéciles pueden perseguir una pelotita y a parte alguien les puede pagar millones de dólares por tal hecho... el príncipe azul debe hacer cosas como esgrima... polo, deportes de verdad. (¿Esgrima?)
Y el príncipe azul, por último, es alguien que se puede llevar perfectamente bien con su suegra.

Como comprenderán, pues un hombre así de perfecto no existe. Si existiera se amaría a si mismo... ¿para que quiere a las mujeres?

Conclusiones:
1.- Los príncipes azules no existen.
2.- Si existieran, pues yo no soy uno de esos.

Sinceramente me acongojaba, porque en verdad es muy difícil estar enamorado de una mujer que cree en los cuentos de hadas:
Es muy difícil estar enamorado de una mujer que aspira y merece a un hombre perfecto.
Es muy difícil estar enamorado de una mujer que con una mirada cambia cualquier aspecto.
Es muy difícil estar enamorado de una luna lejana, de una estrella, cuando te sabes con los pies puestos sobre la tierra.
Es muy difícil todos los días levantar los ojos para verla y saber que te va a deslumbrar.
Es muy difícil mentirle con canciones incluso, que cuando yo veo ladrillos trato con todas mis fuerzas por ver sus colores... la fe que no tengo y que ella me regala es lo que me da fuerzas para presumirme loco a pesar de estar cuerdo, para saberme acompañado aún cuando estoy solo, y para sentirme profundamente enamorado y con ganas de vivir muchísimos, muchísimos años.

Solamente para que lo tengan claro, hoy más que nunca, debemos tener el pleno conocimiento y convencimiento de que los hombres somos una especie que desciende directamente del mono, las mujeres de las estrellas... y la mía, más.


Texto original de Abel Velázquez 'El Mago', imágen por http://www.arte-redes.com/nocturama

1 comentario:

MIRZA COLETTE dijo...

Pensé en mentir una vez más y decir que No, que las mujeres de las que hablas se encuentran convenientemente "extintas", sin embargo hay que explicarle al "mono"... que no son mujeres sino niñas infinitas, pedazos de aberración emocional que ocupan cuerpos de ilusas, quiza un día me topé con una y la atropellé con alguna "verdad", como esas que el Gran bicho finge decir cuando le conviene, a lo que iba, sólo; con principes se quedan "ellas" que creen en cuentos de hadas...lástima

No? ... y por supuesto que un "mono" nunca entenderá por qué lastima...

en ello existe suficiente emoción y pasión?